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El comienzo de un nuevo año escolar puede ser una época de emoción y nervios, ¡incluso si no hubiera habido una pandemia mundial que afectara a varios años escolares! Puede que los niños piensen o digan:
“Será bueno ver a mis amigos”.
“Espero caerle bien a la maestra”.
“Espero caerles bien a los otros niños”.
“Espero que no sea demasiado difícil”.
“¿Qué pasa si me pierdo en el campus?”
“Estoy preocupado por ese chico que me molestaba el año pasado”.
“Estoy triste porque el verano terminó”.
Muchos padres también tienen sentimientos encontrados. Como adultos, sabemos que comenzar cualquier actividad de manera positiva marca una gran diferencia. Comenzar mal puede ser como empezar a cerrar un frasco con la tapa mal puesta; por lo general, se puede arreglar, pero se necesita un poco de esfuerzo para desatorarla y comenzar de nuevo. Un inicio infeliz de un año escolar puede afectar a cualquiera.
A continuación presentamos siete pasos para preparar a los niños para un buen inicio del nuevo año escolar:
1. Evalúa de manera realista la preparación escolar emocional de tu hijo.
Algunos niños son alegres y extrovertidos; se sumergen en cualquier nueva experiencia con mucha energía e interés y superan fácilmente cualquier pequeño obstáculo en el camino. Esto es genial, pero es posible que sobrepasen accidentalmente los límites de otros niños o maestros sin siquiera darse cuenta de que su comportamiento le está causando problemas a otra persona.
Otros niños son más reservados y más sensibles. A menudo son muy reflexivos y conscientes, pero es más probable que se preocupen por el cambio y que se sientan lastimados si alguien dice algo desconsiderado o poco amable. Con frecuencia se sienten atormentados por lo que otras personas piensan acerca de ellos.
Cualidades como ser más sensible o menos sensible, más extrovertido o más reservado, más ruidoso o más silencioso, son todas normales y tienen beneficios así como posibles desventajas. Cuanto antes los niños aprendan a estar a cargo de sus palabras y acciones de manera apropiada para su edad para que puedan divertirse más y tener menos problemas, más felices y exitosos serán – no solo en la escuela, sino en la vida.
Asegúrate de mostrar emoción por el inicio del año escolar, mientras dejas espacio para que tu hijo tenga sentimientos encontrados. Conversa sobre los problemas potenciales de manera casual en lugar de hacerlo con ansiedad. Aborda los posibles problemas como una oportunidad para crecer, practicar habilidades, aprender y desarrollar su comunicación entre ustedes, en lugar de como un desastre potencial.
2. Sé claro acerca de las expectativas para la seguridad y el aprendizaje.
A menos que algo se interponga en el camino, a la mayoría de los niños les encanta aprender. Sin embargo, puede ser difícil para cualquiera de nosotros aprender si nos sentimos ansiosos, tristes, avergonzados, no deseados o desanimados. Asegúrate de que la escuela de tu hijo esté comprometida a proporcionar una comunidad de aprendizaje segura y de apoyo y que el maestro de tu hijo sea positivo, firme y comprensivo en el manejo de su aula.
Dile a tu hijo de manera clara: “Espero que te sientas respetado y seguro en la escuela. Y espero que actúes de manera segura y respetuosa con los demás”. Sé explícito sobre lo que esto significa, usando ejemplos específicos relevantes para tu hijo.
3. Haz un plan para problemas potenciales.
Si tu hijo tiene dificultades con una materia académica, explora formas de facilitar el aprendizaje. A veces, los niños necesitan un gran apoyo, pero a menudo un poco de ayuda puede marcar una gran diferencia.
Como nos dijo un padre: “A los ocho años, mi hija tenía problemas para leer. Aunque nada parecía estar mal, presioné para que le hicieran una evaluación y descubrimos que sus ojos eran lentos para seguir movimientos repetitivos. A las pocas semanas de educación física adaptativa, el problema de los ojos se solucionó y empezó a amar la lectura, en lugar de tenerle pavor”.
Los niños también necesitan apoyo si tienen posibles problemas emocionales o sociales. Por ejemplo, una madre nos escribió: “Mi hija está en un círculo de amigos que constantemente comparan sus calificaciones. Todo el tiempo se siente ansiosa por su desempeño académico”.
La siguiente es nuestra respuesta a su preocupación, la cual incluye una serie de habilidades de Seguridad con las Personas para ayudar a los niños a desarrollar sus habilidades de autocuidado emocional y construir mejores relaciones con los demás.
Qué bueno que hayas notado un problema y hayas sido proactiva al respecto, en lugar de simplemente dejarlo pasar. Esto puede convertirse en una oportunidad maravillosa para que tu hija practique algunas formas de usar habilidades de comunicación para proteger su autoestima. Saber cómo hablar consigo misma y con los demás puede servirle a tu hija durante toda su vida.
En primer lugar, puedes presentarle a tu hija el problema diciendo algo como: “Me he dado cuenta de que tiendes a sentirte mal contigo misma por las calificaciones y creo que es muy importante que te sientas bien contigo misma, sin importar cuán bien o mal te vaya en un examen o en una clase. Sentirte mal contigo misma solo logra que te sientas afectada o molesta y no te ayuda a aprender o mejorar en la escuela. El propósito de la escuela es ayudarte a tener una vida feliz y exitosa. Sentirte mal NO te ayudará a ser exitosa o feliz. Aprender lo que necesitas aprender en la escuela es importante, pero a muchas personas muy exitosas les fue realmente mal en la escuela. ¡Einstein no aprendió a leer hasta los nueve años, por ejemplo! Que a uno le vaya bien académicamente no es tan importante como aprender a ser feliz a pesar de que las cosas no salgan como uno quiere, así que usemos esto como una oportunidad para practicar NO compararte con tus amigos y cambiar los mensajes poco amables que te dices a ti misma por mensajes positivos”.
Luego pueden intercambiar ideas y practicar diferentes respuestas a los amigos que comentan o preguntan sobre el desempeño o las calificaciones. Puede decir algo como: “He decidido practicar no compararme con otras personas. No quiero hablar de eso. Mejor hablemos de lo que vamos a hacer este fin de semana”, etc.
Pueden pensar en diferentes cosas hirientes que tu hija se dice a sí misma y practicar diciéndole esas cosas en voz alta mientras ella las desecha físicamente y dice: “Estoy orgullosa de quién soy. No tengo que ser perfecta para ser genial. Los errores son parte del aprendizaje”.
4. Mantente al tanto de lo que sucede.
Si tu horario lo permite, participa como voluntario así sea sólo por un par de horas a la semana en el aula o en el patio de la escuela para que puedas ayudar y también estar al tanto de los posibles problemas en la escuela. Intenta entrar en el aula cuando llevas a tu hijo a la escuela y presta atención a lo que ves a tu alrededor. Haz tu mejor esfuerzo para identificar los problemas cuando son pequeños. Presta atención a los cambios en el comportamiento de tu hijo.
Anima a los niños a contarte lo que sucede en la escuela. Muchos niños están cansados de la escuela cuando llegan a casa y no dan mucha información cuando se les hacen preguntas generales como “¿Cómo estuvo la escuela hoy?”. Al mismo tiempo, a la mayoría de los niños les gusta compartir lo que está pasando en sus vidas si son escuchados sin ser sermoneados o tener que escuchar comentarios negativos sobre ellos mismos, su escuela, sus amigos, etc.
Para que un niño comente sobre la escuela, realicen alguna actividad divertida juntos y empieza por hacer preguntas específicas que estén relacionadas con los intereses del niño, como por ejemplo: “Me di cuenta de que hay muchas construcciones en el patio de la escuela. ¿Sabes lo que están haciendo?” Luego, simplemente escucha con interés positivo las respuestas de tu hijo. Muestra curiosidad en lugar de juzgar.
De vez en cuando pregunta: “¿Hay algo que te hayas estado preguntando o algo que te preocupe y que no me hayas dicho?”. Escucha dando apoyo. Si los niños mencionan un problema, respira hondo y agradéceles por contártelo. Sé un buen actor, sonríe y mantén la calma incluso si te sientes enojado o preocupado por dentro. Encuentra otros adultos de confianza, como una pareja, familiares o amigos, con quienes hablar si necesitas desahogarte sobre lo que le está sucediendo a tu hijo en la escuela, pero asegúrate de que estas personas entiendan la importancia de no mencionar el problema con tu hijo o contar a otras personas.
Es posible que los niños deban enfrentar las consecuencias si han hecho algo mal, pero déjales claro que estás muy agradecido de que acudieran a ti en busca de ayuda. Cuando sea posible, trabaja junto a tu hijo para que pueda encontrar sus propias soluciones al problema o elabora un plan para que tú tomes medidas cuando sea necesario.
5. Ofrece apoyo a los maestros y la escuela de tu hijo.
La enseñanza es un trabajo duro y las escuelas enfrentan muchos desafíos. Tómate el tiempo para conocer al maestro o maestra de tu hijo y ser parte de tu comunidad escolar. La mayoría de los educadores son personas extremadamente dedicadas que merecen nuestra gratitud por todo lo que brindan a nuestros hijos.
No hables con las personas que cuidan a tu hijo solamente cuando las cosas no están yendo como crees que deberían. Cada vez que veas a estas personas, sonríe y saluda sin importar cuán ocupado o distraído estés.
Al menos una vez a la semana, expresa de forma directa tu agradecimiento al maestro de tu hijo por alguna pequeña cosa “ordinaria” que haya ayudado a tu hijo a pasar un buen momento en la escuela, resolver un problema o aprender. Envía una nota. Haz un comentario amable. Comenta con otro adulto mientras el maestro está presente el excelente trabajo que hizo al manejar alguna situación. Al menos una vez al mes, haz lo mismo con la secretaria y el director de la escuela de tu hijo. Para conocer más, puedes ver: 9 Maneras en las que todos podemos apoyar a los educadores para crear entornos de aprendizaje seguros y positivos
6. Prepara a tus hijos para establecer límites y defenderse a sí mismos.
En un mundo perfecto, las personas siempre serían amables entre sí en lugar de crueles. Sin embargo, incluso las personas que realmente se preocupan por los demás a veces molestan a otros. Esto es cierto en casa, en la escuela, en el trabajo, en línea, en todas partes.
Practica las siguientes habilidades de Kidpower que los jóvenes pueden usar para aumentar su bienestar dondequiera que vayan, incluidos los lugares en línea y en persona:
- Actuar con atención, calma y confianza;
- Establecer límites firmes y respetuosos con sus compañeros y otras personas que conocen;
- Saber cómo alejarse de los problemas;
- Saber cómo obtener ayuda cuando la necesitan;
- Expresarse por sí mismos y por los demás;
- Mantenerse a cargo de sus palabras y sus cuerpos;
- Saber la diferencia entre ser pasivo, agresivo y asertivo en su lenguaje corporal, tono de voz y elección de palabras;
- Protegerse emocionalmente cuando los demás son desconsiderados, poco amables o incluso crueles (o cuando se dicen cosas hirientes a sí mismos); y
- En caso de emergencia, como último recurso, saber utilizar la autodefensa física.
Repasar cómo manejar problemas específicos ayudará a aumentar la confianza, reducir la ansiedad y desarrollar la competencia. Por ejemplo, puedes enseñar a los niños cómo protegerse emocionalmente de los insultos: ¡mira nuestras 12 Habilidades de seguridad emocional para todas las edades!
También puedes enseñar a los niños a proyectar una actitud de confianza. Todos somos más propensos a ser escuchados y menos propensos a que nos molesten si saludamos al mundo con atención, calma y confianza. Atención, calma y confianza significan mantener la cabeza erguida y la espalda recta, dar pasos normales, mirar alrededor, tener un rostro y un cuerpo calmados y alejarse de las personas que podrían causar problemas. Haz que tu hijo practique caminar mientras lo guías para que tenga éxito en la práctica, diciendo, por ejemplo, “¡Eso es genial!” “Ahora da pasos más grandes”. “Mira a tu alrededor.” “Endereza tu espalda”. etc.
El Manual de 30 habilidades de Kidpower incluye estas habilidades y más, además de información adicional sobre cómo practicar con los niños.
7. Aboga por tus hijos cuando las cosas salen mal.
ecuerda que, como adultos, nuestro trabajo es asegurarnos de que nuestros hijos estén en lugares que sean física y emocionalmente seguros y con personas que creen un entorno de aprendizaje efectivo y de apoyo.
Si algo sale mal, prepárate para abogar por tu hijo de una manera respetuosa y poderosa. Busca soluciones en lugar de culpar. Trata de mantener la perspectiva siendo justo y realista, teniendo presentes el panorama completo y las necesidades de tu hijo. Pide ayuda y sigue pidiendo hasta que obtengas la ayuda que necesitas para garantizar el bienestar de tu hijo.
Recuerda que incluso las personas verdaderamente solidarias con las mejores intenciones pueden tener dificultades para ver y detener los problemas como el bullying, el acoso y el abuso. Para obtener consejos y estrategias para ayudar a las escuelas y otras organizaciones a ser entornos seguros y positivos para todos, puedes ver Ser dignos de confianza para mantener a los niños a salvo de abuso, bullying y otros daños y también Cómo convertir las políticas de prevención de bullying en acciones poderosas.
Fecha de Publicación: August 17, 2022 | Última actualización: August 17, 2022
Traducción de Ana Fernanda Uribe