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Los niños pequeños y muchas personas con algún tipo de discapacidad intelectual tienden a ser literales y a vivir en el “aquí y ahora”. Cambios que parecen normales para otras personas, pueden resultarles atemorizantes porque no comprenden lo que está ocurriendo y lo que va a ocurrir. Las Reglas de Seguridad pueden resultar confusas porque no saben cómo se aplican a su situación. Las explicaciones verbales por sí mismas no suelen bastar para hacer realidad una idea abstracta de una manera concreta.
Durante su liderazgo en los grupos de Padres y niños pequeños en el Centro de Primera Infancia del Hospital Cedars Sinai (Early Childhood Center of Cedars Sinai Hospital) en Los Ángeles, un trabajador social clínico profesional llamado Phyllis Rothman inició el Proyecto Pequeños Libros (Little Book Project). El propósito de dicho proyecto era brindar apoyo a los padres para crear pequeños libros que ayudaran a los niños pequeños a prevenir y resolver problemas emocionales.
Según el Dr. Rothman, “En mi experiencia, he visto a niños pasar de sentirse impotentes a sentirse empoderados cuando los adultos los ayudan a comprender un problema, expresar un sentimiento o enfrentar un miedo, creando sus propios pequeños libros.”
En nuestros talleres para personas con necesidades especiales, hemos descubierto que el concepto del Pequeño Libro también puede ser útil para personas de cualquier edad, que piense en términos literales e inmediatos. Las historias son diferentes pero los beneficios son los mismos.
Solo necesitas unas hojas de papel dobladas a la mitad y abrochadas para formar un libro. Puedes crear un guión que cuente la historia de lo que ocurrirá, o que explique algo que ha sucedido. Puedes ilustrar la historia con dibujos simples o fotos.
Es recomendable que las historias sean simples, con una o dos ideas por página.
Por ejemplo:
Mamá se va de viaje. Mamá tiene que irse de viaje por su trabajo. Mamá me da un beso y se despide: “¡Adiós!” No quiero que mi mamá se vaya y me pongo a llorar. Mamá también está triste. Ella se va en avión. Mamá me llama y hablamos por teléfono. Mamá está de regreso. Ella está feliz y me da un gran abrazo. Estoy feliz de que Mamá esté de nuevo en casa.
La herida. Estaba andando en bici. Me caí cuando venía bajando la cuesta. Me lastimé. Había sangre roja. Yo me puse a llorar. Limpiar la herida hace doler. Me dieron puntos de sutura. Y también muchos abrazos. Mi herida ya está mejor. Ya puedo pasear en mi bici pero ya no bajaré por la cuesta.
Puedes contar prácticamente cualquier historia de seguridad en cuatro páginas, con frases simples sobre: La situación, El problema de seguridad, La solución de seguridad, a veces usando una Señal de Seguridad de Kidpower, y un Final feliz.
Por ejemplo:
Los adorables perritos. A Esperanza le encanta acariciar a los perros cada vez que sale. No es seguro acariciar perros que no conoces. La próxima vez, Esperanza Pregunta Primero y Permanece Junto a sus adultos. Todos están seguros y felices.
De mal humor. Pedro se pone de mal humor cuando sus amigos quieren comer con alguien más. Se mete en problemas por tirar la comida al piso. La próxima vez, Pedro usa su Poder de Calmarse y encuentra otro amigo para comer. Todos están seguros y felices
Tener su propio libro que cuenta su propia historia puede ayudar a que las personas se sientan valoradas y comprendan distintas situaciones.
Fecha de Publicación: April 6, 2021 | Última actualización: April 6, 2021
Traducción de María Gisella Gámez