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Algunas familias son afables. A todos les resulta fácil llevarse bien, divertirse haciendo cosas juntos y resolver sus problemas. Por desgracia, no conozco ninguna familia así, pero en teoría deben existir.
Una reunión familiar puede ser con tu familia de origen, o puede ser con otra familia o comunidad que hayas decidido crear o a la que te hayas unido. Algunas familias extensas se reúnen en todas las fiestas y celebraciones, otras en acontecimientos importantes, algunas una vez al año y otras una vez cada diez años. Independientemente de para quién sea la reunión y de lo frecuente que sea, las personas suelen decirnos cosas como estas:
“Me digo a mí mismo que esta vez no caeré… ¡y luego caigo de nuevo!”.
“Espero el momento de la reunión con una combinación entre expectativa y temor”.
“Vivimos con la esperanza de que esta vez sea más fácil porque nos queremos y queremos divertirnos juntos, pero siempre hay algo que sale mal”.
Entonces, ¿vale la pena? ¿Para qué tomarnos la molestia de reunirnos con nuestras familias, que a veces son tan complicadas? Es una buena pregunta, porque una reunión familiar puede causar mucho estrés y sentimientos negativos. La respuesta es que, con un poco de suerte y una buena planificación, una reunión familiar puede ser un momento para divertirse, construir y fortalecer las relaciones, y proporcionar una red de apoyo en un mundo a veces demasiado grande y solitario.
Aquí presentamos algunas cosas a tener en cuenta para que tus reuniones con tu familia o cualquier grupo sean algo fantástico en lugar de algo horrible:
1. Acepta la caja de sorpresas.
La realidad es que la vida es como una caja de sorpresas. La familia es una caja de sorpresas. Y cada uno de nosotros es una caja de sorpresas. A menos que el comportamiento de alguien sea inseguro o destructivo, acepta el hecho de que la mayoría de las familias y la mayoría de las personas son una mezcla de amabilidad y falta de amabilidad, de apoyo y de falta de apoyo, de salud y toxicidad. Nadie es perfecto.
Es perjudicial para tu propósito de reunir a la familia si dejas a alguien fuera porque no te gustan sus creencias políticas, la elección de su pareja, o comentarios del pasado sobre los que nunca hablaste pero que aún te duelen. Define para qué parte del grupo estás organizando este evento – y luego sé inclusivo en tu invitación. Cualquier persona que esté fuertemente conectado por lazos familiares o románticos con los integrantes del grupo debe ser bienvenida, a menos que esa persona sea realmente muy peligrosa.
Hace años, la columnista de consejos Ann Landers les planteó una pregunta sabia y atemporal en respuesta a los lectores que le preguntaban si creían que debían divorciarse. La pregunta de Ann fue: “¿Estás mejor con tu cónyuge o sin él?”.
Pregúntate: “¿Estoy mejor con estas personas o sin ellas? ¿Hay alguien a quien yo quiero, que esté conectado con estas personas de tal manera que es mejor para mí ir a una reunión familiar o no?” Si decides asistir u organizar una reunión, busca la manera de aprovechar al máximo el tiempo juntos.
2. Sé proactivo para prevenir problemas.
Define expectativas claras y escríbelas anticipadamente. Aborda interrogantes como las siguientes:
- ¿Quién es el que pagará, cuánto y qué pagará?
- ¿Dónde estarán las personas? ¿Durante cuánto tiempo? Si se trata de tu casa, ¿cuáles son tus reglas?
- ¿Quién es responsable de hacer cada cosa y cuándo?
- ¿Cómo serán supervisados los niños?
- ¿Cómo se manejará el tema del transporte?
- ¿Cómo se manejará el tema de la comida?
- ¿Qué animales estarán presentes y cuáles no? ¿Cómo se los cuidará?
- ¿Cuáles son las reglas de seguridad acerca de conducir, fumar, beber, etc.?
- ¿De qué modo se abordarán las necesidades de salud física, emocional y mental – que pueden ser tan diversas como el acceso para personas con discapacidad, límites acerca de enfermedades contagiosas o alergias, necesidades de sueño, entre otras necesidades específicas en tu grupo?
3. Elabora un plan de seguridad emocional.
Prepárate practicando tus habilidades de seguridad emocional – por tu cuenta o con los niños u otras personas a tu cargo. Usa las Doce habilidades de seguridad emocional de Kidpower. Piensa y debate anticipadamente cómo prevenir y resolver problemas. Las dificultades más comunes a evitar son:
- Discusiones irritantes. Una regla básica útil podría ser acordar tranquilamente en que no estamos de acuerdo, pero NO nos atacaremos por tener creencias diferentes, recordar cosas de forma distinta o ser diferentes a lo que deseamos. Está bien pedir que se abandone o se cambie un tema. Asumir una actitud calmada y asertiva hace que sea más probable que la gente nos escuche. Lee Habilidades de defensa asertiva (en inglés).
- La tentación de vengarse de los demás, de ganarles a los demás o de quejarse. Acuerden que su reunión NO será un momento para revivir viejas heridas o quejarse o burlarse de las decisiones de vida de alguien; etc. etc. En lugar de quejarse, acuerden respetar los diferentes puntos de vista de los demás y, si hay un problema que debe abordarse, resolverlo y ofrecerse a ayudar en lugar de quejarse acerca de alguien.
- Desacuerdos sobre la supervisión de los niños. Si eres el padre o tutor de un niño, asume la responsabilidad de quedarte a cargo de la seguridad y el comportamiento de ese niño. Pregunta en lugar de asumir si quieres que otra persona lo supervise. Asegúrate de que tu hijo se comporte de forma segura y respetuosa con el entorno, con los demás niños y con los animales. A no ser que realmente tengas permiso o debas intervenir para evitar una emergencia, no intentes supervisar a los hijos de otras personas.
- Caer en viejos patrones. Las viejas dinámicas familiares negativas a menudo pueden arruinar un buen momento. Recuerda que las personas pueden crecer y cambiar. No des por sentado que son las mismas. Recuerda que los comentarios sarcásticos pueden herir, aunque todos se rían. Enfócate en lo positivo de lo que las personas hacen, en lugar de lo negativo. Cuéntate a tí mismo buenas historias sobre las intenciones en lugar de historias negativas. Sé consciente de tus propios patrones. La necesidad de ser importante, de tener razón, de ser necesario y de ser útil puede ser muy positiva en su lugar, pero tiene consecuencias perjudiciales si estas necesidades se interponen en nuestro camino para estar presentes en el momento, ser respetuosos con los demás y permanecer atentos a lo que realmente está sucediendo.
Las viejas dinámicas familiares negativas a menudo pueden arruinar un buen momento. Recuerda que las personas pueden crecer y cambiar. No des por sentado que son las mismas. Recuerda que los comentarios sarcásticos pueden herir, aunque todos se rían. Enfócate en lo positivo de lo que las personas hacen, en lugar de lo negativo. Cuéntate a tí mismo buenas historias sobre las intenciones en lugar de historias negativas. Sé consciente de tus propios patrones. La necesidad de ser importante, de tener razón, de ser necesario y de ser útil puede ser muy positiva en su lugar, pero tiene consecuencias perjudiciales si estas necesidades se interponen en nuestro camino para estar presentes en el momento, ser respetuosos con los demás y permanecer atentos a lo que realmente está sucediendo.
4. Elabora planes que tengan un máximo de posibilidades de éxito.
Satisfacer las necesidades de diferentes personas puede ser un gran reto. Las personas tienen ideas diferentes sobre qué bromas o actividades son divertidas o no; diferentes tipos de problemas de salud; y diferentes gustos. Recuerda que tu objetivo principal es reunir a los miembros de la familia de una manera segura y divertida que construya relaciones fuertes y saludables. He aquí una logística a tener en cuenta:
- Horario. No encontrarás una hora que funcione para todo el mundo, pero intenta encontrar una hora que sea posible para la mayoría de la gente. Sé creativo y flexible. Por ejemplo, ¿pueden los niños perder un día de colegio para tener más posibilidades de que el clima sea agradable?
- Lugar. Si el lugar es la casa de alguien, asegúrate de que las necesidades y los límites estén claros de antemano. Si eliges un lugar, piensa en si todos los miembros de tu grupo pueden llegar allí si lo desean. Ten en cuenta y planifica los posibles problemas de las personas con la altura, el calor, el frío, el ruido (por los ronquidos, las diferentes horas de despertarse o dormirse), las camas incómodas, las alergias, la comida, etc. Prevé el mal tiempo, por si acaso. Si es posible, busca un lugar al que la mayoría de los invitados considere divertido ir.
- Actividades. Dado que tu propósito es reunir a las personas, ten un lugar de reunión con comida y bebida donde todos puedan sentarse cómodamente. Nada tiene que ser lujoso, y los comensales no necesitan estar todos sentados a una mesa, pero sí quieres que todos tengan la sensación de estar compartiendo al mismo tiempo en el mismo lugar. El espacio puede ser una sala grande o incluso al aire libre si hace buen tiempo. Ten una variedad de actividades opcionales para que las personas puedan hacer algo más que sentarse y mirarse unos a otros. Anima a la gente a separarse y salir a hacer cosas diferentes juntos.
- Comidas. Planifica que haya comida y bebidas disponibles en el lugar donde se reúnen las personas. Programa al menos algunas comidas en las que todos puedan sentarse juntos. Intenta que la comida sea del agrado de todos, pero ten en cuenta los diferentes gustos. Si te gusta cocinar comidas elegantes, estupendo, pero si no es así, simplifica tu vida y limítate a reunir alimentos frescos y sabrosos que a los invitados les guste comer.
5. Prevén accidentes, peleas y malestares.
Las reuniones familiares pueden parecer a veces ocasiones para dejar de lado las reglas. La realidad es que las cosas pueden pasar de encantadoras a desagradables en un instante. Alguien se lesiona. Un niño se pierde. Alguien va a urgencias por una intoxicación alimentaria o una reacción alérgica grave. El resfriado que tiene una persona se contagia a todo el grupo. El adolescente que acaba de obtener su licencia de conducir se distrae y choca el carro. Estalla una discusión en la que las personas se dicen cosas terribles o incluso estallan peleas físicas. Algunos problemas como éstos son inevitables, pero la mayoría pueden evitarse si:
- Mantienes una buena higiene. Lávate las manos y recuerda a todos que hagan lo mismo. A menudo. Con jabón. Antes de tocar los alimentos. Después de ir al baño. Cúbrete con el codo en lugar de con la mano al toser o estornudar. A menos que te hayas lavado las manos, evita tocar tu cara o la cara de otras personas. Si tú o tu hijo se empiezan a enfermar, protege a los demás miembros de la familia manteniendo cierta distancia física y siendo aún más cuidadoso al lavarse las manos.
- Preguntas a las personas sobre las alergias con antelación y las tratas con respeto. Mantén las sustancias alergénicas lejos de las personas alérgicas. Si una sola persona es alérgica a algo como los perros, los gatos, los cacahuetes, los desodorantes de ambientes, el perfume, el humo o las cebollas, hay que protegerla de la exposición al alérgeno.
- Sigues prácticas seguras de manipulación y preparación de alimentos. No des por sentado que todo el mundo sabe cuáles son. Haz que personas con experiencia manipulen tus alimentos, o proporciona orientación si alguien no tiene experiencia.
- Colocas carteles para recordar los posibles problemas, en lugar de esperar que la gente los recuerde. Por ejemplo: “Lavémonos las manos antes de preparar los alimentos”. “Lava los alimentos con cuidado”. “Pon los productos perecederos en el frigorífico”. “Mantengamos todos los cacahuetes fuera de la casa”. “Zona libre de perros”.
- Supervisas a los niños hasta que hayan demostrado una capacidad consistente para supervisarse a sí mismos. Si los niños están en un lugar nuevo para ellos, esto es estupendo, pero podrían encontrar peligros que nunca se te habrían ocurrido. Cuando muchos adultos están potencialmente a cargo, a menudo nadie está a cargo. Sé claro en los traspasos, para que no haya dudas sobre quién supervisa a cada niño, a cada momento. Incluso si vuelves a un lugar que hasta los adolescentes visitan cada año, haz que te repitan todas las reglas de cada actividad, como por ejemplo no saltar al agua si no se puede ver el fondo del lago. Lee el artículo de Kidpower sobre Resistir ante la ilusión de seguridad (en inglés).
- Usas el alcohol con seguridad. Disfrutar de bebidas alcohólicas con moderación es una parte importante en muchas reuniones familiares. Sé realista con respecto a posibles problemas. Los accidentes y las discusiones son mucho más probables cuando una o varias personas consumen alcohol o drogas hasta el punto de perder el control de su comportamiento. Si sabes que algunos miembros de la familia son propensos a excederse, haz un plan con antelación para mantenerlos alejados de la carretera, de los problemas y de los niños. Acuerden de antemano que se evitarán los temas polémicos. Asegúrate de que nadie se sienta presionado a beber para sentirse incluido. Los problemas potenciales del consumo de drogas recreativas son similares y, por supuesto, suele ser ilegal.
- Conduces con prudencia. Asegúrate de que los conductores estén atentos al conducir, que no lo hagan a gran velocidad, que no se encuentren incapacitados, insiste en que todos los pasajeros utilicen los cinturones de seguridad o asientos elevados adecuados para los niños, etc. Dales a los pasajeros permiso para que se expresen si la forma de conducir de alguien les incomoda.
- Eres sensato y prudente en cuanto al comportamiento sexual. A veces, los miembros de algunas familias disfrutan bromeando o burlándose de temas relacionados al sexo. Si sabes que esto es así en tu familia, establece reglas básicas anticipadamente para evitar tensiones cuando los miembros estén juntos. Acuerden que las insinuaciones, los coqueteos o los comportamientos sugerentes sólo serán aceptables si todos los presentes están de acuerdo con ellos, y que cualquiera puede expresar si se siente incómodo. Si hay niños, acuerden que todos evitarán comportamientos o lenguaje insinuante delante de ellos. Los niños se dan cuenta mucho más de lo que los adultos creen. Pide a las personas que usen su buen juicio aunque sientan una gran atracción por alguien. Una reunión familiar es una buena manera de conocer mejor a alguien, pero es un mal momento para iniciar una relación romántica. Si alguien está destinado a convertirse en el amor de tu vida, puedes entablar una amistad en la reunión y quedar en privado más tarde si ambos están de acuerdo.
Recuerda el principio fundamental de Kidpower: “¡La seguridad es más importante que la vergüenza, la molestia o la ofensa de cualquier persona!” – ¡y actúa en consecuencia para poner la seguridad en primer lugar!
6. Asume la responsabilidad de hacer que sea un momento agradable para todos.
Aprovecha las reuniones familiares como una oportunidad para practicar los buenos modales y utilizar habilidades de comunicación respetuosas y eficaces. Ayuda en la planificación y la logística. Propón actividades. Escucha las ideas y necesidades de los demás. Haz preguntas y escucha las respuestas. Exprésate. Prepárate para cambiar el plan cuando no funcione para ti o para los demás. Haz todo lo posible para:
- Hacer que sea fácil y práctico para todos ayudar de la manera que más les convenga. Organiza las tareas de manera que sean manejables en lugar de abrumadoras. Prepara a las personas para que su colaboración sea exitosa. Sé paciente y no te enfades si alguien necesita instrucciones específicas sobre cómo hacer una tarea concreta.
- Recordar que los demás NO pueden leer tu mente y a veces algunos mensajes NO llegarán. Asume la responsabilidad de hablar de forma clara y reiterada sobre tus necesidades. Si crees que algo es importante y no lo dices de forma clara y reiterada, no responsabilices a nadie más que a ti mismo por el hecho de que tus deseos o preocupaciones no hayan sido escuchados.
- Ser seguro con las caricias, las bromas y los juegos. La regla de seguridad de Kidpower es que el contacto físico, las bromas o los juegos para divertirse o mostrar afecto deben ser una elección de cada persona, ser seguros, estar permitidos por los adultos a cargo y nunca ser un secreto. Asegúrate de que tanto los niños como los adultos entiendan y sepan cómo seguir esta regla. Si no estás seguro, supervisa sus actividades e intervén cuando sea necesario. Lee los artículos: Contacto físico y consentimiento en relaciones saludables y Por qué el afecto y las bromas deben ser una elección de los niños. Considera imprimir y exhibir las listas de control de seguridad acerca de los límites y el consentimiento.
- Hacerle saber a la gente si sus acciones o palabras son hirientes. No asumas que a la gente no le importa sólo porque no se dan cuenta o no escuchan al principio. No esperes a estar furioso o a desahogarte con otros en lugar de hacérselo saber a esa persona. Si alguien dice o hace algo que te parece hiriente, dilo con respeto sin atacar su carácter o sus intenciones. Lee: Expresarnos ante un menosprecio (en inglés).
- Hacer que la gente pueda darte su opinión con seguridad. A la mayoría de nosotros no nos gusta que nos digan lo que tenemos que hacer o que hemos hecho algo malo o hiriente. Pero que no nos digan cuando nuestro comportamiento molesta a los demás nos priva de la oportunidad de crecer o de cambiar un comportamiento que puede ser perjudicial para nuestras relaciones. Haz lo posible por escuchar. Intenta no castigar a alguien que es lo suficientemente valiente como para darte su opinión enfadándote, negándote a hablar con la persona, enojándote con ella por decirte que un comentario fue hiriente, quejándote con otros sobre la persona o disculpándote en exceso hasta el punto de no parecer sincero. Lee Disculpas conscientes.
- Saber cuándo y cómo interrumpir. Algunos miembros de la familia no hablan en absoluto. Puedes animarlos dejando un espacio para que puedan hablar y haciendo preguntas respetuosas (no intrusivas). Otros miembros de la familia tienden a hablar MUCHO y es posible que no se detengan lo suficiente como para que alguien más pueda decir algo. A veces, lo que decimos es muy interesante, pero a veces puede ser demasiado, o aburrido, o incluso perturbador. Hagan acuerdos de que está bien interrumpir a alguien que habla mucho a mitad de la palabra y que no tenemos que esperar a que termine la historia o el tema. A las personas se les puede dar permiso para decir: “Disculpa, hemos hablado suficiente de este tema. Quisiera hablar de algo más”, o: “Disculpa, este tema me molesta. Por favor cambiemos de tema”, o: “Disculpa, tengo que ir a hacer otra cosa” y alejarse para hacer algo más, incluso si solo es ir a sentarse afuera por un rato.
- Ser consciente del impacto de lo que dices y haces. El líder espiritual del sur de la India, Sri Sathya Sai Baba, aconseja: “Antes de hablar, piensa: ¿es necesario? ¿Es verdad? ¿Es amable? ¿Le hará daño a alguien? ¿Mejorará el silencio?”. No te quejes de las personas a sus espaldas en lugar de plantear tus preocupaciones directamente. Lee: Integridad en la comunicación y Cinco estrategias de comunicación que ya conozco, pero se me olvida usar (en inglés).
7. Aprecia y celebra.
Reunir a diversos miembros de la familia y concretar un lindo encuentro por lo general es un triunfo que merece ser celebrado y recordado mucho después de que haya terminado. El éxito de un evento requiere mucho trabajo que no debe darse por sentado.
A menudo, las personas que asumen el liderazgo en la organización de las reuniones pueden ser molestas, porque superar los obstáculos para reunir a la gente requiere mucha energía. Aunque se comporten molestos, hazles saber a tus seres queridos lo mucho que los aprecias. Ten en cuenta que quizá no tengas otra oportunidad de decírselo, y asegúrate de hacerlo con sinceridad. Demuestra tu aprecio:
- Agradeciendo a cada persona de forma muy concreta su contribución individual, de forma clara y reiterada. Recuerda que llegar y estar presente para una persona puede ser tan difícil como cocinar una comida de seis platos para otra.
- Dedicando mucho más tiempo a lo que dices sobre lo que ha ido bien que sobre lo que no te ha gustado o te gustaría que cambiara. Si dices “gracias” de forma breve y general y luego das una larga descripción detallada de lo que crees que estuvo mal, no te sorprendas si alguien acaba sintiéndose poco apreciado.
- Tomando muchas fotos para que todo el mundo pueda disfrutar de buenos recuerdos sobre el evento una vez terminado, pero asegúrate de que las fotos sean divertidas y no hirientes. Trata de enviarlas rápidamente, pero, aunque te tardes, no dejes de enviarlas. Asegúrate de preguntar primero antes de compartir fotos en las redes sociales u otros espacios online. Asegúrate de contar con el permiso de la persona o, si es menor de edad, de sus padres.
- Ofreciéndote para ayudar a planificar el próximo evento. Dá tus ideas sobre lo que podría ser divertido hacer. En lugar de quejarte, ofrece sugerencias concretas sobre cómo hacer las cosas de una manera mejor. Ofrécete para ayudar a que eso ocurra.
Cuando las personas se reúnen de forma mutuamente respetuosa, segura y alegre, el tiempo que pasan juntas puede marcar una gran diferencia a la hora de crear conexiones más profundas, desarrollar relaciones más sólidas y crear recuerdos duraderos que permanecen en nuestros corazones durante toda la vida. Estas recomendaciones y preparativos pueden parecerte mucho trabajo. Sin embargo, un poco de trabajo previo puede ahorrar un mundo de problemas al final. Esperamos que pruebes estas ideas y nos encantaría que nos contaras lo que funciona y lo que no, así como cualquier idea que tengas. Siempre estamos encantados de recibir tus comentarios en safety@kidpower.org.
Traducción de María Gisella Gámez
Published: November 4, 2021 | Last Updated: December 9, 2022