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Las habilidades de comunicación para abogar de manera asertiva ayudan a proteger a personas de todas las edades y capacidades frente al bullying, el abuso y otros tipos de violencia, y a prepararlos para desarrollar mejores relaciones. El siguiente artículo es parte del libro The Kidpower Book for Caring Adults.
La gente te escucha mejor y te molesta menos cuando te comunicas con una actitud asertiva de atención, calma, respeto y confianza.
La palabra “abogar” se usa para referirse a “expresarse activamente en favor de uno mismo y de otras personas”. Kidpower enseña a abogar de manera asertiva a personas de todas las edades y capacidades para que puedan ser efectivos al momento de:
- Establecer límites
- Lograr que otras personas los escuchen
- Pedir ayuda
- Ser incluidos
He escuchado a niños desde cinco años y a adultos de hasta noventa quejarse de que las habilidades de seguridad personal que Kidpower les enseñó no funcionaron.
Puede que alguien murmure pasivamente: “Medio que intenté lo que me dijiste, o algo así, y de todos modos nadie escuchó. No sé por qué. Supongo que simplemente no les agrado”.
Puede que alguien gruña agresivamente, “¡Hice exactamente lo que dijiste y NADIE SE PREOCUPÓ POR MÍ! Simplemente se enojaron. ¡Creo que me odian, esos asquerosos!”
No es de extrañar que los resultados que obtenemos sean diferentes según cómo nos comunicamos sobre lo que queremos y lo que no queremos . Aunque digamos las palabras correctas, es probable que no funcione a menos que comuniquemos nuestros límites y deseos con una actitud asertiva.
La diferencia entre ser pasivo, agresivo y asertivo se puede aprender a una edad temprana; de hecho, tan pronto como los niños puedan hablar y comprender el lenguaje razonablemente bien. En los talleres de Kidpower, les mostramos a los niños la diferencia con títeres, historias y juegos de roles. Luego los guiamos para que prueben las diferentes actitudes por sí mismos.
Cuando actuamos de forma pasiva, el mensaje que comunicamos a los demás es el siguiente: “Lo que quiero no es tan importante y a nadie le importa de todos modos, así que mejor me doy por vencido”. Es probable que nuestros oyentes estén de acuerdo con nosotros: que nuestro mensaje no debe ser tan importante en medio de tantas otras cosas que compiten mucho más persuasivamente por su atención. La gente a menudo no se dará cuenta de nuestro mensaje, lo ignorará o lo olvidará.
Ejemplos de un comportamiento pasivo
- Una voz suave e insegura
- Una expresión desesperanzada
- Posturas y gestos laxos o rígidos
- Mirada hacia abajo o hacia un lado para evitar el contacto visual
- Un tono de voz quejumbroso o de disculpa
- Un cuerpo cerrado que no ocupa mucho espacio
- Hablar desde demasiado lejos para ser escuchado
- Esperar y desear que alguien adivine lo que quieres
- Suspirar o encogerse de hombros
- Lenguaje vacilante y poco claro
Cuando actuamos de forma agresiva, el mensaje que comunicamos a los demás es el siguiente: “No vas a hacer lo que yo quiero de todos modos y probablemente estás en mi contra así que estoy enojado contigo. Eres una mala persona”. Es probable que nuestros oyentes se sientan atacados y crean que cualquier mensaje entregado de una manera tan negativa probablemente no sea razonable. Podrían evitarnos o enojarse.
Ejemplos de un comportamiento agresivo
- Un ceño fruncido
- Una postura tensa y rígida
- Una voz enojada o fuerte
- Lenguaje corporal y gestos bruscos o espasmódicos
- Pavoneo
- Lenguaje insultante y palabras cargadas
- Inclinarse hacia adelante en la cara de alguien
- Invadir el espacio de otras personas
- Interrumpir impacientemente
- No escuchar
- Actuar molesto o enojado
El lloriqueo puede ser tanto pasivo como agresivo. A veces, en las clases de Kidpower, exploramos esto con los niños. Les pedimos que usen una voz muy quejumbrosa y digan palabras que sean relevantes para sus vidas: “¡Proooofeeeeee! ¡Maamáaaaaa! ¡Paaaapáaaaaa! ¡Nooooooooooooooo! ¡Paraaaaaa! ¡Eso no es justooooooo! ¡Aaaaayyyyyyyyyy! ¡Por favoooooooooor!”
Luego hacemos algunas preguntas capciosas para reforzar nuestro punto: “¿Eso suena como QUEJARSE? ¿Te parece MOLESTO? ¡Ni siquiera tengo ganas de escucharme a mí mismo! ¿Te dan ganas de escucharte a ti mismo?”
En lugar de comunicarse con una actitud pasiva o agresiva, tanto los jóvenes como los adultos pueden aprender a comunicarse de manera asertiva. Abogar de manera asertiva significa dar a los demás el mensaje de que, “Por supuesto que te va a importar lo que quiero una vez que entiendas lo que es. Lo que tengo que decir es muy importante para mí, y creo que eres tan buena persona que esto también será muy importante para ti”.
Comportamientos que comunican una actitud asertiva
- Usar un lenguaje corporal tranquilo, atento y confiado
- Hacer contacto visual: cuando quieres que las personas te escuchen, generalmente funciona mejor mirarlos a los ojos sin mirarlos intensamente de manera grosera y sin apartar la mirada
- Tener una expresión facial coherente con tu mensaje: esto significa tener una cara neutral mientras le dices a alguien que se detenga o una cara amistosa si le estás pidiendo a alguien que haga algo por ti
- Usar un lenguaje cortés determinado y respetuoso al mismo tiempo, como por ejemplo: “¡Disculpa!” “¡Por favor para!”
- “¡Necesito tu ayuda!” “Me gustaría sentarme aquí también”. “Me gustaría unirme al juego”.
- Hacer que tu voz sea lo suficientemente fuerte como para ser escuchada fácilmente y positiva en lugar de débil, vacilante, quejumbrosa o enojada
- Sonar firme al decirle a alguien que se detenga
- Sonar agradecido si quieres ayuda
- Sonar alegre si quieres que alguien haga algo por ti o contigo
- Manejar el espacio: aléjate de alguien que quieres que deje de molestarte. Acércate a alguien de quien quieres algo
Otro error común a evitar es la Técnica de Desear. ¿Alguna vez has DESEADO pasivamente que alguien supiera lo que quieres sin que tengas que decir nada? ¿Funcionó? ¿Alguna vez te rendiste y no obtuviste lo que necesitabas de esa persona? ¿Alguna vez te sentiste tan frustrado que explotaste agresivamente con esa persona?
Los niños pueden necesitar la ayuda de un adulto para aprender que la Técnica de Desear no funciona casi nunca. Los niños suelen creer que los adultos pueden leer sus mentes. Esto es lógico desde la perspectiva de un niño porque, especialmente cuando los niños son más pequeños, los adultos SÍ anticipan muchas de sus necesidades sin que ellos digan nada.
Recuérdales a los niños (y a ti mismo) que “no es justo darse por vencido con las personas o enojarse con ellas solo porque no pueden leer tu mente. Es por eso que necesitas abogar de manera asertiva para expresar lo que quieres y lo que no quieres”.
La mayoría de los adultos que conozco, incluyéndome a mí misma, admitirán que usan la Técnica de Desear en ocasiones o que son pasivos o agresivos. Recuerda que los niños en tu vida están aprendiendo del ejemplo que les das. Modela abogar de manera asertiva siendo firme y respetuoso en tus comunicaciones, y enseña a los niños a hacer lo mismo.
Para obtener más información sobre los recursos de Kidpower para enseñar estas habilidades y conceptos de Seguridad con las Personas, visita nuestra Biblioteca y nuestra Tienda de Libros RelationSafe™.
Traducción de Ana Fernanda Uribe
Fecha de Publicación: May 12, 2023 | Última actualización: May 12, 2023