HAZTE CARGO DE TU
SALUD MENTAL
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Apoya a otras personas
En situaciones difíciles, las personas suelen sentirse aisladas, asustadas, preocupadas y atascadas.
No hace falta ser terapeuta para ayudar a alguien a sentirse menos solo.
Lo primero que hay que hacer es validar sus sentimientos con compasión y calidez, sin hablar demasiado y sin intentar resolver su problema. En lugar de darle sugerencias o consejos, puedes transmitirle mensajes sencillos como éstos:
- “Eso suena difícil”.
- “Gracias por contármelo”.
- “Me preocupo por ti”.
- ” Lamento tu pérdida”.
- “¿En qué puedo ayudarte?”
Encuentra el equilibrio adecuado entre ayudar a otra persona y cuidar de ti mismo.
¿Eres de los que hacen demasiado cuando alguien pide ayuda? ¿O eres de los que se preocupan tanto por sentirse abrumados que evitan a la persona porque no quieren tener que decir que no?
Ayudar desinteresadamente a otras personas sin preocuparte por ti mismo puede afectar tu bienestar mental y físico. Puedes empezar a sentirte agotado, extenuado y/o culpable por no poder hacer todo lo que los demás necesitan.
La solución es ser realista con respecto a lo que te resulta conveniente y lo que no.
Esto a menudo significa que tienes que decepcionar a alguien que quiere más de ti de lo que tú puedes dar. El miedo a decepcionar a alguien puede hacer que te cueste más ayudarle.
En última instancia, las personas tienen que ser responsables de sí mismas. Expresar compasión, escuchar las ideas de alguien y, si alguien quiere consejos, ayudar a buscar opciones, no toma demasiado tiempo ni energía.
Asegúrate de que tu ayuda sea realmente útil.
Una persona con problemas puede resentirse mucho si intervienes con tu propia agenda sobre lo que crees que es mejor para ella.
Antes de actuar, piensa primero. Pregunta primero. Escucha. En lugar de tomar las riendas, puedes ayudarles a encontrar la manera de que ELLOS aborden el problema.
Mantente presente y pregunta a menudo cómo van las cosas.
Cuando se produce una crisis, muchas personas se ofrecen a ayudar de inmediato y luego desaparecen porque están ocupadas con otras cosas.
Alguien que sigue atravesando dificultades mucho después de que la crisis inmediata haya pasado puede que no tenga la energía necesaria para acercarse y mantenerse en contacto.
Puedes seguir estando a su lado:
- Llamando por teléfono o enviando un mensaje de texto preguntando: “¿Cómo estás?… ¿Cómo van las cosas?”. No hace falta que seas original: las mismas palabras sencillas les hacen saber que piensas en ellos.
- Invitando a esa persona a dar un paseo, ver una película o compartir una comida.
- Ofreciéndote a hacer una tarea sencilla o ir a buscarle algo al mercado.
- Enviando una tarjeta con una nota escrita a mano por correo postal.
Al ayudar a los demás, también te ayudas a TI MISMO.
Marcar una pequeña diferencia en la vida de alguien puede ser muy gratificante.
Para conocer las estrategias de comunicación que puedes utilizar ahora para reforzar la comunicación en todo tipo de relaciones significativas, consulta nuestra sección Habilidades para relaciones seguras y sólidas*.
Para obtener más información, visita nuestra página de Recursos sobre Salud Mental.
*Recursos en inglés. La misión de nuestro equipo es traducir todos nuestros programas y recursos al español y trabajamos duro para que cada vez más personas, familias y comunidades de habla hispana puedan beneficiarse con Kidpower. Si te gustaría colaborar con la financiación de este proyecto o conoces algún recurso que podría ser de ayuda, por favor contáctanos: seguridad@kidpower.org
Enfócate en lo que SÍ PUEDES hacer
Si estás constantemente pensando y preocupándote por grandes problemas que están fuera de tu control, estarás estresado, ansioso y distraído, y no por eso lograrás que nada mejore.
En lugar de eso, concéntrate en los pequeños pasos positivos que puedes dar.
Incluso una pequeña acción positiva puede ayudar a transformar el aislamiento y la desesperanza en conexión y esperanza.
Prioriza el autocuidado
La mayoría de nosotros sabemos que descansar, hacer ejercicio, conectarnos, alimentarnos y cuidarnos nos permitirá estar más tranquilos, felices y preparados para hacer nuestro trabajo y ayudar a los demás.
El problema es que, con el trabajo, los estudios y las responsabilidades familiares, dedicar tiempo suficiente al cuidado personal puede parecer imposible.
A veces nos engañamos pensando que podemos sobrellevar la situación con mucho menos autocuidado del que realmente necesitamos.
Si no invertimos en nosotros mismos, nos estamos perjudicando.
Por eso es esencial que cuidarnos sea una prioridad en nuestra vida diaria.
Desarrolla y elige creencias positivas
Las creencias son pensamientos que tenemos una y otra vez hasta que nos convencemos de que son ciertos.
Algunas son empoderadoras. Otras nos limitan. Y todas se pueden cambiar. Es probable que la decisión de cambiar una creencia negativa no funcione al principio, porque no la sentiremos como verdadera.
Por ejemplo, pasar de “odio mi cuerpo” a “me encanta mi cuerpo” no ocurre sólo porque decidamos que queremos una nueva creencia sobre nuestro cuerpo.
En lugar de intentar dar un gran salto que no se siente verdadero, puedes utilizar una estrategia para cambiar una creencia negativa en pequeños pasos, gradualmente, a lo largo de un tiempo.
Protege tus sentimientos
¿Alguna vez te has sentido desdichado por algo cruel que alguien te ha hecho o dicho? ¿Esta experiencia te ha hecho sentir infeliz una y otra vez cada vez que la recuerdas?
Tienes el poder de proteger tus sentimientos para mantenerte a salvo emocionalmente.
Veamos cómo.
Crea relaciones seguras y fuertes
Desarrollar relaciones seguras y fuertes nos ayuda a reducir el aislamiento, proteger nuestra salud mental y añadir alegría y propósito a nuestras vidas.
Una relación estable con una persona bondadosa es suficiente para ayudar a transformar la desesperanza en esperanza.
Las épocas de transición suelen conllevar a la pérdida de relaciones cercanas. Así no tengas a nadie con quien hablar a nivel personal en este momento, los intercambios breves y positivos con personas desconocidas y conocidas pueden alegrarnos el día. Una sonrisa, un saludo o una breve charla sobre el clima pueden ayudarnos a sentirnos más conectados y menos solos.
Veamos algunas formas de conocer a personas nuevas y mejorar tus relaciones.
Establece y respeta los límites
¿Alguna vez te has sentido incomprendido, no valorado o poco respetado?
Si expresas con claridad, respeto y firmeza lo que QUIERES y lo que NO QUIERES, podrás reducir el estrés y mejorar la comunicación al tiempo que previenes y resuelves problemas.
Al establecer límites puedes proteger tu tiempo, tus sentimientos, tu cuerpo, tu seguridad y tu bienestar mental y físico.
Reconoce y pide lo que quieres
Una de las claves más importantes para gozar de buena salud mental es poder hacer cosas que te den alegría, satisfacción y éxito en la vida.
Para ello, primero tienes que determinar tus valores, objetivos y prioridades.
Después, tienes que evaluar tus opciones y decidir cuáles son los próximos pasos específicos para seguir adelante.
Y luego, tienes que estar preparado para abogar por ti mismo de forma persistente, respetuosa y enérgica.
He aquí algunas formas de reconocer y pedir lo que quieres.
Obtén ayuda
¿Detestas pedir ayuda? ¿Quieres resolver los problemas por ti mismo en lugar de apoyarte en otras personas? ¿Has tenido malas experiencias en las que la ayuda que recibiste empeoró las cosas?
Por desgracia, muchas culturas consideran que pedir ayuda es una debilidad o un acto de egoísmo.
Algunas familias consideran que pedir ayuda profesional, como por ejemplo orientación o terapia, es un fracaso personal, y asocian la atención sanitaria mental con estar “locos”.
Pedir ayuda cuando la necesitamos requiere de valentía y fortaleza.
Aquí tienes algunas ideas para superar los obstáculos que te impiden obtener la ayuda adecuada para TI.
Protege tu seguridad personal
El maltrato, el bullying y las agresiones causan mucha desdicha, sufrimiento y traumas.
La buena noticia es que tú tienes el poder de protegerte la mayor parte del tiempo.
Aquí tienes algunas formas de desarrollar la confianza y la habilidad necesarias para hacerte cargo de tu seguridad personal en casa, en el trabajo, en Internet y en público.