HAZTE CARGO DE TU
SALUD MENTAL
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Establece y respeta los límites
¿Alguna vez has deseado que alguien HAGA o DEJE de hacer algo sin que tengas que decir nada?
¿Alguna vez has esperado que alguien se diera cuenta de que lo que estaba haciendo te molestaba, o que lo que estaba dejando de hacer te resultaba decepcionante?
Y, ¿alguna vez te has frustrado tanto que, cuando por fin se lo has dicho, te has enfadado y has explotado de rabia de una manera por la que después te has sentido mal?
La mayoría de las veces, utilizar lo que llamamos “la técnica de desear” no funciona.
Los demás no pueden leer tu mente. El primer paso para hacerles saber que quieres que hagan algo de forma diferente es DECÍRSELO, de forma clara, respetuosa y poderosa.
Decirle a la gente lo que quieres que sepan es obvio, y a veces resulta difícil.
Si descubres qué es lo que te impide expresarte, podrás encontrar la manera de superar esas barreras. Algunos de los obstáculos más comunes son:
- Creencias internalizadas como: “No vale la pena”. ” En realidad no tengo derecho”. “Es peligroso decir que no”. “Mi trabajo es cuidar de los demás”.
- Desencadenantes, como: emociones, comportamientos, pensamientos y palabras que nos hacen explotar de sentimientos.
- Anhelo de pertenencia, como: desear ser aceptado, querido, deseado o incluido por otra persona o un grupo.
Las creencias pueden cambiarse. Los desencadenantes pueden controlarse. Aprender a superar los sentimientos incómodos para hacerte cargo de tu bienestar es algo que te beneficiará a lo largo de toda tu vida.
Nunca es tarde para aprender.
Una de nuestras alumnas en una clase para adultos mayores dijo: “Tengo 94 años, y esta es la PRIMERA vez que alguien me ha enseñado acerca de los límites. Estoy TAN contenta de aprenderlo ahora”.
Nosotros también nos alegramos, ¡y TÚ no tienes que esperar a tener 94 años!
La diferencia está en CÓMO estableces tus límites.
Es más probable que la gente escuche a alguien que se comunica de forma calmada, confiada y asertiva, en lugar de pasiva o agresiva.
Si utilizas tus Habilidades de Comunicación para Abogar de forma Asertiva, es probable que los demás te escuchen mejor y te molesten menos.
Fórmula para comunicar los límites:
- Espera a calmarte lo suficiente para expresar tus límites con calma y respeto.
- Intenta fijar una hora en la que sea más probable que la otra persona pueda escucharte. Si no se trata de una emergencia, espera a exponer sus preocupaciones hasta que todos se encuentren descansados. Puedes empezar diciendo: “Hay algo de lo que quisiera hablar”.
- Comienza con un ” Puente para Establecer Límites” expresando consideración, comprensión y/o aprecio, seguido de la palabra “Y” para conectarlo con lo que vas a decir a continuación.
- Comunica tus sentimientos sin atacar a la otra persona y empezando con una afirmación en primera persona.
- Expresa de forma objetiva el comportamiento concreto que te preocupa.
- Di lo que te gustaría que la otra persona hiciera de manera diferente.
Funciona mejor usar frases cortas y simples. Por ejemplo:
- “Entiendo lo ocupado que estás, Y me siento frustrado cuando llegas tarde a nuestras reuniones. Por favor, calcula tiempo extra para que puedas estar presente a la hora que hemos acordado empezar”.
- “Siento un gran respeto por toda tu experiencia y aprecio tu generosidad al compartirla, Y me siento molesto cuando me corriges delante de otras personas. En el futuro, por favor, espera y hazlo en privado”.
- “Sé que he vuelto a olvidar sacar la basura, Y me siento triste cuando me gritas. La próxima vez, por favor, recuérdamelo con voz normal”.
Para obtener más información lee nuestro artículo: Cómo el “Puente para Establecer Límites” ayuda a evitar un colapso en la comunicación.
¿Te incomoda que otra persona te diga lo que tienes que hacer? ¿O cuando te dicen que no les gusta algo que estás haciendo?
Es normal que se produzcan reacciones negativas cuando estableces un límite por primera vez, por ejemplo: negarlo, minimizarlo, contraatacar y actuar tan devastado que te sientas tentado a ocuparte de los sentimientos de la otra persona.
La mejor manera de aprender a poner límites es PRACTICAR.
Si ensayas lo que tienes que decir y hacer, marcarás una diferencia y estarás preparado para la reacción negativa de la otra persona. Puedes usar la guía de Práctica de Límites Personales de Fullpower para ti mismo o para un amigo.
Para obtener más información visita nuestra página web de Recursos sobre Salud Mental.
Enfócate en lo que SÍ PUEDES hacer
Si estás constantemente pensando y preocupándote por grandes problemas que están fuera de tu control, estarás estresado, ansioso y distraído, y no por eso lograrás que nada mejore.
En lugar de eso, concéntrate en los pequeños pasos positivos que puedes dar.
Incluso una pequeña acción positiva puede ayudar a transformar el aislamiento y la desesperanza en conexión y esperanza.
Prioriza el autocuidado
La mayoría de nosotros sabemos que descansar, hacer ejercicio, conectarnos, alimentarnos y cuidarnos nos permitirá estar más tranquilos, felices y preparados para hacer nuestro trabajo y ayudar a los demás.
El problema es que, con el trabajo, los estudios y las responsabilidades familiares, dedicar tiempo suficiente al cuidado personal puede parecer imposible.
A veces nos engañamos pensando que podemos sobrellevar la situación con mucho menos autocuidado del que realmente necesitamos.
Si no invertimos en nosotros mismos, nos estamos perjudicando.
Por eso es esencial que cuidarnos sea una prioridad en nuestra vida diaria.
Desarrolla y elige creencias positivas
Las creencias son pensamientos que tenemos una y otra vez hasta que nos convencemos de que son ciertos.
Algunas son empoderadoras. Otras nos limitan. Y todas se pueden cambiar. Es probable que la decisión de cambiar una creencia negativa no funcione al principio, porque no la sentiremos como verdadera.
Por ejemplo, pasar de “odio mi cuerpo” a “me encanta mi cuerpo” no ocurre sólo porque decidamos que queremos una nueva creencia sobre nuestro cuerpo.
En lugar de intentar dar un gran salto que no se siente verdadero, puedes utilizar una estrategia para cambiar una creencia negativa en pequeños pasos, gradualmente, a lo largo de un tiempo.
Protege tus sentimientos
¿Alguna vez te has sentido desdichado por algo cruel que alguien te ha hecho o dicho? ¿Esta experiencia te ha hecho sentir infeliz una y otra vez cada vez que la recuerdas?
Tienes el poder de proteger tus sentimientos para mantenerte a salvo emocionalmente.
Veamos cómo.
Crea relaciones seguras y fuertes
Desarrollar relaciones seguras y fuertes nos ayuda a reducir el aislamiento, proteger nuestra salud mental y añadir alegría y propósito a nuestras vidas.
Una relación estable con una persona bondadosa es suficiente para ayudar a transformar la desesperanza en esperanza.
Las épocas de transición suelen conllevar a la pérdida de relaciones cercanas. Así no tengas a nadie con quien hablar a nivel personal en este momento, los intercambios breves y positivos con personas desconocidas y conocidas pueden alegrarnos el día. Una sonrisa, un saludo o una breve charla sobre el clima pueden ayudarnos a sentirnos más conectados y menos solos.
Veamos algunas formas de conocer a personas nuevas y mejorar tus relaciones.
Apoya a otras personas
¿Has notado alguna vez que un amigo o un familiar estaba pasando por dificultades emocionales? ¿Quizá se encontraba deprimido, ansioso o muy triste por una pérdida?
Muchos de nosotros queremos ayudar, pero no siempre sabemos cómo. Puede que pensemos que todo lo que hagamos no es suficiente, o que nos preocupe hacer algo incorrecto y hacer que alguien se sienta peor.
Las cosas simples pueden marcar una gran diferencia.
Ayudar a alguien que lo necesita puede mejorar tu estado de ánimo, tu sensación de bienestar y tu sentido de conexión.
Aquí tienes algunas ideas para ayudar a los demás sin dejar de cuidarte.
Reconoce y pide lo que quieres
Una de las claves más importantes para gozar de buena salud mental es poder hacer cosas que te den alegría, satisfacción y éxito en la vida.
Para ello, primero tienes que determinar tus valores, objetivos y prioridades.
Después, tienes que evaluar tus opciones y decidir cuáles son los próximos pasos específicos para seguir adelante.
Y luego, tienes que estar preparado para abogar por ti mismo de forma persistente, respetuosa y enérgica.
He aquí algunas formas de reconocer y pedir lo que quieres.
Obtén ayuda
¿Detestas pedir ayuda? ¿Quieres resolver los problemas por ti mismo en lugar de apoyarte en otras personas? ¿Has tenido malas experiencias en las que la ayuda que recibiste empeoró las cosas?
Por desgracia, muchas culturas consideran que pedir ayuda es una debilidad o un acto de egoísmo.
Algunas familias consideran que pedir ayuda profesional, como por ejemplo orientación o terapia, es un fracaso personal, y asocian la atención sanitaria mental con estar “locos”.
Pedir ayuda cuando la necesitamos requiere de valentía y fortaleza.
Aquí tienes algunas ideas para superar los obstáculos que te impiden obtener la ayuda adecuada para TI.
Protege tu seguridad personal
El maltrato, el bullying y las agresiones causan mucha desdicha, sufrimiento y traumas.
La buena noticia es que tú tienes el poder de protegerte la mayor parte del tiempo.
Aquí tienes algunas formas de desarrollar la confianza y la habilidad necesarias para hacerte cargo de tu seguridad personal en casa, en el trabajo, en Internet y en público.